Him

A veces siento que la noche no debería ser noche,

En su oscuridad se alberga mi melancolía,

Y me recuerda un pasado en el que disfruté del insomnio y las caricias lejanas. 

No hacía  falta café para estar despierta, 

Pues, en los sonidos de la noche se encontraba mi goce,

Y yo solo podía dejarme llevar,

En medio de cuatro paredes y el ruido de los grillos la distancia era solo números en la cual el tiempo se eternizaba y me hacía soñar, soñar.

Mantenía mis ojos llenos de placer, 

Mis pensamientos llenos de deseos y mi piel erizada con el recuerdo de las letras que formaban la poesía de mi diario vivir.

Quien te quiere...

Quien te quiere ¿quién?

El que te quiere te ayuda a conocer el universo y no te enseña a ser sumisa,

El que te quiere aprende sin que se lo pidas y te incita a hacerlo,

Quien te quiere te sube de nivel, mas no te revuelca en la mierda,

Quien te quiere no espera por ti, realiza su vida,

Quien te quiere no te pone en la cúspide de sus relaciones interpersonales, sabe mantener los espacios indicados para cada persona,

Quien te quiere no ocupa toda tu vida, sabe manipular los momentos, 

Quien te quiere no dice que te odia realizando actos que no son de tu agrado, aun sabiendo que no le hacen bien,

El que te quiere no destruye tus sueños, te ayuda a construirlos,

Quien te quiere no sueña con llevar a cabo una vida a tu lado, racionaliza la realidad y su temporalidad efímera o duradera, 

Quien te quiere se recrea en su diario vivir como ser independiente, pero piensa en ti como el ser al que ama, no todo el día, porque entonces ya no sería amor, sino, obsesión,

Quien te quiere elimina a las personas negativas, y no las incluye nuevamente cuando tú estés ausente,

Quien te quiere sabe estar solo, y por eso sabe que tú lo necesitas también, no te asfixia. 

¿Quién te quiere?

Ya

Mis tardes son fuego con calma,
Mis noches son ardientes,
llenas de temor,
y presión en el pecho.

En todo mi cuerpo el recuerdo ingrato de su sentir,
y el sentir que en el olvido se disputa.

Ya no quiero,
ya no puedo,
ya no deseo,
ya no anhelo.

En mi tormentoso vivir la tranquilidad se halla,
no hay nada por encima de ella,
estoy yo y mi esencia en medio de la nada.

¡Ay, vida mía!

Así es que se pierden las palabras,
y los sueños.
En la medida en que el tiempo nos absorbe,
y nuestras lágrimas ya no son de felicidad.
Cuando en las hojas de un octubre novelesco las historias parten al lugar donde pertenecen,
a la memoria,
a lo inhóspito,
a las cadenas en el infinito donde se encuentra el fin.
El fin,
justo allí,
ya todo se ha deshecho,
marchado,
y vuelto transparente para los recuerdos de los seres impacientes como yo.

¿Donde?

En medio de ese devenir constante estaba yo,
en el dolor y el goce,
el placer y el sufrimiento,
en versos de sabores dulces,
y en versos de desazones amargos.

Como fuego en una montaña,
en acceso difícil,
y en acercamiento imposible.

Mi alrededor lleno de espinas,
y de fantasmas que marcaban la realidad del encuentro.

Flores

Las flores están frescas,
húmedas,
en constante esperanza de riesgo.

La sequía se siente,
y las flores marchitan,
tan difícil de asimilar como
un fenómeno natural nos identifica.
En constante movimiento,
vivimos muriendo,
yendo de aquí para allá,
jugando a vivir,
sometiéndose a sufrir.

Entrar

Cuando entras en medio de lo que pudo ser y no fue.
De lo que hubo y se acabó,
la dinámica de la melancolía vuelve a ti.

El círculo de la soledad te envuelve,
te atrapa,
te encierra,
y cuando el muy desgraciado no te quiere,
te suelta a la deriva,
en medio de todo,
con el sentido de la nada.