Thursday, August 8, 2013

Errar

Virtuoso el cuerpo que aprendió a expresar,
no se confundió con piel y huesos,
y enseñó su nueva forma de visualizar,
no utiliza su sexo como vulgar; no está preso.

En cada seso de su cerebro supo cuál era su cualidad,
la pena su peor enemiga,
acompañad de  la vergüenza la hostiga,
y no puede sentir tranquilidad. 

Abriga un manjar inmenso de sensualidad, 
conquista y seduce con su voz de amabilidad.
Calla los más grande secretos para no exagerar,
se introduce en una hermosa autenticidad,
para que no todos puedan asombrarse, 
cuando exploren su maravillosa sexualidad. 


María Alexandra.



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