Tuesday, August 6, 2013

El retrato de una juventud vieja.

En la historia solo el pasado habla, 
un ayer desconocido, 
un mañana borroso. 

La desdicha de una vida llena de humos, vicios, hielo,
 y una llama apangándose. 

Una ruina llamada amor, 
el mayor de los temores, 
el menor de los engaños, 
la pérdida de un tiempo llorado, u
na ganancia desfavorable.
Las dudas de un encarcelamiento lleno de luz, 
una luz negra sin vida,
 sin nada que decir, sin señales.
Una ruptura de pensamiento y conocimiento,
 un momento, 
una eternidad llena de regazos y falsas verdades,
 la alucinación de una búsqueda, la riqueza de una pobreza.

El eterno invierno de una civilización candente, 
sin avances, pero con grandes necesidades. 


Quizás una salvación sin salidas, una vieja juventud que se quedará en el olvido, 
en un recuerdo momentáneo de la destrucción y el odio de una sociedad avanzada y sin preocupaciones, 
pero con las mayores inquietudes calladas, 
una sociedad en la que no se qué hago, 
qué busco,
 ni qué conozco.


María Alexandra.
Dedicado a César Osorio, el gran sabio.

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